El pasado 3 de marzo la noticia de que Lhardy entraba en preconcurso de acreedores llenaba las portadas de la prensa de la capital, que veía como uno de sus establecimientos centenarios, con más de 170 años de historia, rozaba la desaparición.
La Covid19, la ubicación del restaurante y la falta de público extranjero abocaba así a un ilustre, donde la reina Isabel II se escapaba del Palacio Real para darse sus caprichos gastronómicos, a la desaparición.
Mes y medio después, como Gastroeconomy apunta, citando fuentes sectoriales, Lhardy no solo no cerrará, sino que mantendrá su estética y su propuesta.
Los responsables de ello son Grupo Pescaderías Coruñesas, que además del citado comercio también han extendido sus tentáculos a la restauración con notable éxito con restaurantes como Filandón, O'Pazo y El Pescador.
Aunque la compra no está cerrada, ni se conoce el total del desembolso, los flecos que quedan por resolver son una 'due diligence' para cerrar la operación, aunque según el citado medio, la familia García Azpiroz, propietaria del Grupo, ya había iniciado conversaciones con Lhardy antes incluso del preconcurso.
Mes y medio después, como Gastroeconomy apunta, citando fuentes sectoriales, Lhardy no solo no cerrará, sino que mantendrá su estética y su propuesta.
Los responsables de ello son Grupo Pescaderías Coruñesas, que además del citado comercio también han extendido sus tentáculos a la restauración con notable éxito con restaurantes como Filandón, O'Pazo y El Pescador.
Aunque la compra no está cerrada, ni se conoce el total del desembolso, los flecos que quedan por resolver son una 'due diligence' para cerrar la operación, aunque según el citado medio, la familia García Azpiroz, propietaria del Grupo, ya había iniciado conversaciones con Lhardy antes incluso del preconcurso.
La compraventa se tendrá que cerrar con los actuales 14 propietarios de Lhardy, aunque, como afirma la propia noticia citando fuentes cercanas. "No es un acuerdo de intenciones; está firmado el acuerdo de compraventa", reza.
Lo cual es una buenísima noticia para que Lhardy, epicentro del Madrid decimonónico e ilustrísimo comercio centenario, siga cumpliendo años y demostrando su valía, igual que hace desde 1839.
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